Cuando hay dudas respecto a algo, nos invade la sensación de malestar y traemos al presente una situación que todavía no ha ocurrido, dando vueltas a todas las infinitas posibilidades de cómo será, creando en muchas ocasiones situaciones catastróficas.
Cuando vivimos cada acontecimiento futuro desde el miedo a la incertidumbre, ocupamos el espacio presente de inseguridades y de suposiciones que nos impiden estar en el aquí y ahora
“El miedo a la incertidumbre bloquea el paso a nuevas oportunidades”
¿Qué ocurre cuando recreamos continuamente situaciones del futuro incierto? Nuestro estado de alerta aumenta por encima de niveles normales y vivimos en permanente estrés.
1- Bucle de impotencia y estrés
Cuando en el presente proyectamos fatalidades sobre el futuro, suponiendo y recreándonos en lo que no depende de nosotros, surge un bucle de impotencia-estrés.
Las dudas, la incertidumbre, el enojo y la frustración son nuestra principal fuente de estrés y merman nuestra respuesta en situaciones reales, donde necesitamos reaccionar frente a lo nuevo.
2- Bloqueo
El bucle impide tener energía para avanzar y crear oportunidades.
Toda la energía se utiliza para recrear mentalmente las escenas de las que queremos huir.
Cuando los resultados no coinciden con lo soñado aparece, la frustración que deriva en bloqueo. Al no conseguir lo esperado, nos frustramos y no podemos reaccionar.
Primeros pasos para la gestión del estrés ante la incertidumbre
1. Acepta el miedo a la incertidumbre
Es natural sentir miedo a lo desconocido. Cuando uno se arriesga, las cosas pueden salir mal o bien. Sin importar el resultado, de una forma u otra vas a aprender de la experiencia.
2. Centrate en el presente
Centrate en el ahora sé consciente de la cantidad de tiempo que le dedicas a los pensamientos relacionados con el pasado y el futuro. Es una pérdida de tiempo e impide que disfrutes de las diferentes sensaciones que te ofrece el día a día: comer, pasear, el olor del café por la mañana, las simples cosas que se suelen ignorar.
3. ¡Confía más en ti mismo!
Quizás te falta confianza en ti mismo debido a las inseguridades, los miedos o las opiniones relacionadas con el entorno. Confia más en vos, en las capacidades que tienes y a seguí. Tienes potencial en aquello que te hace feliz y en lo que, además, destacas.
4. Si fracasas, tratate con amor
Sería un error decir que las personas que se atreven a hacer algo, ganan. Pero esto no debe detenerte a la hora de enfrentarte a cualquier proyecto que te propongas. El miedo a la incertidumbre, a veces, hace que los fracasos se conciban como un “por aquí no”. Pero… ¿y si por ahí, sí? No te castigues ni te culpes si las cosas no te salen bien a la primera. Aprende de los errores, porque serán la clave del futuro éxito.
5. Encuentra lo que te motiva
Para saber cuáles son las motivaciones que tienes, hacia dónde quieres dirigirte y qué quieres conseguir, primero tienes que conocerte a ti mismo.
Después, empieza a ponerte metas a corto plazo y apreciarás la sensación tan agradable que te invade cuando, por fin, llegas a ellas.
Las metas que te pones tienen que ser realistas.